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SÁNCHEZ FERLOSIO, Rafael. Industrias y andanzas de Alfanhuí. "Sembré avena loca ribera de Henares" Sembradas están para ti las locuras que andaban en mi cabeza y que en Castilla tenían tan buen asiento. Escrita para ti esta historia castellana y llena de mentiras verdaderas. "La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es limpio, todo tu cuerpo será luminoso." (Mateo-6-22) PRIMERA PARTE I. DE UN GALLO DE VELETA QUE CAZÓ UNOS LAGARTOS Y LO QUE CON ELLOS HIZO UN NIÑO El gallo de la veleta, recortado en una chapa de hierro que se cantea al viento sin moverse y que tiene un ojo solo que se ve por las dos partes, pero es un solo ojo, se bajó una noche de la casa y se fue a las piedras a cazar lagartos. |
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Hacía luna, y a picotazos de hierro los mataba. Los colgó al tresbolillo en la blanca pared de levante que no tiene ventanas, prendidos de muchos clavos. Los más grandes puso arriba y cuanto más chicos, más abajo. Cuando los lagartos estaban frescos todavía, pasaban vergüenza, aunque muertos, porque no se les había aún secado la glandulita que segrega el rubor, que en los lagartos se llama "amarillor", pues tienen una vergüenza amarilla y fría. |
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Pero andando el tiempo se fueron secando al sol, y se pusieron de un color negruzco, y se encogió su piel y se arrugó. La cola se les dobló hacia el mediodía, porque esa parte se había encogido al sol más que la del septentrión, adonde no va nunca. Y así vinieron a quedar los lagartos con la postura de los alacranes, todos hacia una misma parte, y ya, como habían perdido los colores y la tersura de la piel, no pasaban vergüenza. |
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Y andando más tiempo todavía, vino el de la lluvia, que se puso a flagelar la pared donde ellos estaban colgados, y los empapaba bien y desteñía de sus pieles un zumillo, como de herrumbre vetrinegra, que colaba en reguero por la pared hasta la tierra. Un niño puso un bote al pie de cada reguerillo, y al cabo de las lluvias había llenado los botes de aquel zumo y lo juntó todo en una palangana para ponerlo seco. |
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Ya los lagartos habían desteñido todo lo suyo, y cuando volvieron los días de sol tan sólo se veían en la pared unos esqueletitos blancos, con la película fina y transparente, como las camisas de las culebras y que apenas destacaban del encalado. Pero el niño era más hermano de los lagartos que del gallo de la veleta, y un día que no hacía viento y el gallo no podía defenderse, subió al tejado y lo arrancó de allí y lo echó a la fragua, y empezó a mover el fuelle. |
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El gallo chirriaba en los tizones como si hiciera viento y se fue poniendo rojo, amarillo, blanco. Cuando notó que empezaba a reblandecerse, se dobló y se abrazó con las fuerzas que le quedaban a un carbón grande, para no perderse del todo. El niño paró el fuelle y echó un cubo de agua sobre el fuego, que se apagó resoplando como un gato, y el gallo de veleta quedó asido para siempre al trozo de carbón. |
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Volvió el niño a su palangana y vio cómo había quedado en el fondo un poso pardo, como un barrillo fino. A los días, toda el agua se había ido por el calor que hacía y quedó tan sólo polvo. El niño lo desgranó y puso el montoncito sobre un pañuelo blanco para verle el color. Y vio que el polvillo estaba hecho de cuatro colores: negro, verde, azul y oro. Luego cogió una seda y pasó el oro, que era lo más fino; en una tela de lino pasó el azul, en un harnero el verde y quedó el negro. |
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De los cuatro polvillos usó el primero, que era el de oro, para dorar picaportes; con el segundo, que era azul, se hizo un relojito de arena; el tercero, que era el verde, lo dio a su madre para teñir visillos, y con el negro, tinta, para aprender a escribir. La madre se puso muy contenta al ver las industrias de su hijo, y en premio lo mandó a la escuela. Todos los compañeros le envidiaban allí la tinta por lo brillante y lo bonita que era, porque daba un tono sepia como no se había visto. |
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Pero el niño aprendió un alfabeto raro que nadie le entendía, y tuvo que irse de la escuela porque el maestro decía que daba mal ejemplo. Su madre lo encerró en un cuarto con una pluma, un tintero y un papel, y le dijo que no saldría de allí hasta que no escribiera como los demás. Pero el niño, cuando se veía solo, sacaba el tintero y se ponía a escribir en su extraño alfabeto, en un rasgón de camisa blanca que había encontrado colgando de un árbol. |
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II.DONDE SE CUENTA CÓMO AQUEL NIÑO SE ESCAPÓ DE SU CUARTO Y LA AVENTURA QUE TUVO Aquel cuarto era el más feo de la casa y allí había ido a parar también el gallo de veleta, abrazado a su tizón. Un día el niño se puso a hablar con él, y el pobre gallo, con la boca torcida, le dijo que sabía muchas cosas, que lo librara y se las enseñaría. Entonces hicieron las paces y el niño le sacó el carbón y lo enderezó. |
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Комментарии
http://www.franklang.ru/index.php?option=c...5&Itemid=38
Латинские поговорки I
Латинские поговорки II
Латинские поговорки III
Латинские поговорки IV
Хотя я ОЧЕНЬ многое там выправил, понял, что объём получился слишком большим и непосвящённому читателю значительная часть поговорок просто не нужна, хотел создать словарик полностью с ручным отбором лишённый недостатков предыдущего, даже начал его Proverbia latina , но ввиду отсутствия заинтересованности решил заморозить это трудоёмкое дело, хотя может быть когда-нибудь вернусь к нему.
Да, думаю, если - с переводом, смогли бы еще и подучить...
Конечно, как мне кажется, более привлекательным был бы русский эквивалент испанской пословицы.
Если Вам нужна помощь, я бы хотел Вам помочь.
Но вот перевод пословиц - штука хитрая. Что переводить? Слова или значение? То ли писать "От такой палки такая щепка", или "Яблоко от яблони недалеко падает", или вообще: "Дети часто бывают похожи на родителей, в основном, в недостатках".
Испанские пословицы можно было бы сделать с переводом. Хоть скорость и упала бы, зато было бы понятно, что набираешь.
С Вашим мнением, кстати, согласна.
А вот попросите Екатерину объединить несколько небольших в один словарь. :))
http://mx.answers.yahoo.com/question/index...23131623AAhIuNa